El arte de preguntar
Se dice que las buenas preguntas encierran, ya de por sí, la respuesta. Y…
…¿para qué es importante que te hagas buenas preguntas?
Pues porqué la pregunta tiene la capacidad de dirigir tu atención hacia aquello sobre lo que se pregunta. Y, si la pregunta está mal planteada, dirigirá tu atención hacia donde no es relevante para ti. Y tu no quieres eso.
Por tanto, ¿qué es lo más importante que debes preguntarte?
Observa la naturaleza
Fíjate de qué manera suceden las cosas en la naturaleza.
- Un pajarito está en el nido y tiene que saltar por primera vez y empezar a volar. Y ¿qué hace? Pues salta y, sin saber muy bien cómo, empieza a volar. Sabía qué tenía que hacer, estaba en su naturaleza hacerlo, y tenía la confianza de que lo lograría. Y se lanza sin dudarlo, ¡a por ello! Entonces esa Inteligencia Universal, de la que te he hablado en alguna ocasión, se encarga del cómo. Mueve todos los hilos invisibles necesarios para que suceda. Y el pajarito ya está volando.
- Un ciervo hembra acaba de dar a luz. Su cría, acabada de nacer, debe aprender a correr muy pronto si quiere sobrevivir. Sabe muy bien qué es lo que tiene que hacer, sin que nadie se lo haya dicho. Está en su propia naturaleza. Entonces se levanta y corre. No sabe muy bien cómo, pero lo hace. De nuevo esa Inteligencia Universal se ocupa de cómo hacerlo. La cría de ciervo sabe qué es lo que quiere y, simplemente, se pone en acción para conseguirlo.
- Piensa ahora en la semilla de un roble. Plantada en el suelo. Un impulso vital la hace brotar, enraizarse hacia la tierra y sacar el tallo hacia el cielo. Otra vez esa inteligencia universal, intrínseca a la vida misma, se encargó de los detalles. La propia naturaleza de la semilla la lleva hacia adelante y acaba sucediendo. Llega a convertirse en un gran roble.
En estos ejemplos, puedes ver cómo funciona la naturaleza. Y tú, ¿no eres parte de ella?
¿Qué hubieras hecho tú en su lugar?
Probablemente lo primero que te hubieras preguntado es: ¿Cómo lo hago?
Imagínate en el nido… no te habrías lanzado al vacío sin tener muy claro cómo ibas a hacer para volar (por cierto, no vayas a intentarlo ahora, ¡¡volar no está en tu naturaleza!!).
Y si fueras la cría de ciervo, antes de lanzarte a correr ¿no te hubiera gustado saber cómo ibas a hacer para no caerte? ¡parece muy difícil!
Y ya ni te digo si te encuentras bajo tierra dentro de un caparazón. ¿Cómo salgo de aquí?, ¿cómo saco mis raíces?, ¿cómo se dónde está el cielo?… Cuantas dudas no te gustaría aclarar antes de ponerte en acción.
¿cómo? ¿cómo? ¿cómo? ….. Olvida el CÓMO y céntrate en el QUÉ
Probablemente, con esa actitud, lo que hubieras conseguido es… NADA.
Ya te has dado cuenta, verdad. Tanto si lo crees cómo si no, formas parte de la naturaleza. Y en la naturaleza a lo único a lo que necesitas dar respuesta es a la siguiente gran pregunta:
¿QUÉ es lo que REALMENTE quieres?
Así de fácil lo han puesto, sino ¿cómo crees que se apañarían los pájaros, los ciervos y los robles? No quieras complicarlo, si ellos pueden hacerlo es porqué es así de fácil. Si no, no lo conseguirían.
Por tanto debes entender tu propia naturaleza. Saber quien eres, encontrarte a ti mismo y descubrir para qué estás aquí. Para ello pregúntate:
¿QUÉ es lo que REALMENTE quiero?
Tanto la semilla de la flor, como la cría de ciervo, como el pajarito tenían muy clara su propia naturaleza. Algo dentro de ellos les decía lo que se esperaba de ellos. Tenían claro su propósito. Sabían para qué habían nacido. Y con la confianza que genera esa conexión con su esencia misma, se lanzaban a la acción. Entonces, el resto, simplemente… ¡sucedía!
Encuentra tu propósito. Y, cuando tengas muy claro qué quieres, lánzate a por ello. No te preocupes en cómo lo harás. Sucederá. Sin más. Empezarás a vivir en una serie de casualidades que crearán la realidad que tú deseas.
Encuentra tu QUÉ y pasa a la ACCIÓN
En definitiva.
- Toma consciencia de ti mismo (asegúrate de que eres tú y no tu ego el que tiene el control)
- Encuentra tú propósito en la vida. El para qué. pregúntate ¿QUÉ es lo que REALMENTE quieres?
- Expresa en voz alta y clara lo que quieres. Una y otra vez. Las que haga falta. Que a todo el mundo le quede claro.
- Ponte en acción hacia lo que quieres
El resto… sucederá. Confía en ello.
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