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«-¡Genial!- Pensaba Alex, mientras abría la puerta de casa silbando. –Ha sido el mejor día en la oficina en mucho tiempo, ¡por fin las cosas empiezan a ir bien! Cuando se lo cuente a Vivianne…- En esas estaba cuando, al abrir la puerta… -¡Nunca me escuchas!- voceaba Tanít -¡Quién tendría que escucharme eres tú, que para eso soy tu madre!- le replicaba Vivianne. Madox lloraba en la cocina desconsoladamente.

-Holaaaa…- dijo Alex, sin mucha suerte. Nadie le contestó. –No me lo puedo creer- pensó.»

¿Cómo piensas que se sentía Alex? ¿Qué crees que notó al entrar en casa? ¿Alguien le prestaba atención?

Falta el aire

En una situación así, la atmósfera está tan cargada que se puede cortar… ¿verdad? No hay… ESPACIO.

Si quieres conseguir que te escuchen, debes crear… ESPACIO. De lo contrario cualquier intento de hacerte comprender está destinado al desastre. Y esto es aplicable tanto en una situación complicada, similar a la de antes, como en cualquier otra.

Y es que, en cualquier relación, intervienen dos elementos que eliminan el espacio en la comunicación.

Tu diálogo interno

Se dice que las personas tenemos unos 50.000 pensamientos al día (¿cómo los habrán contado?). Y de esos, el 90% son repetitivos. Esto es, los mismos que el día anterior, y el anterior, y el anterior,… Además, la mayoría de ellos son inconscientes.

Estos pensamientos repetitivos e inconscientes constituyen lo que se denomina tu diálogo interno.

Con esta premisa… ¿qué crees que sucede cuando te pones a discutir y pierdes el control? Pues que caes, sin darte cuenta, en tu diálogo interno. Ya no escuchas a nadie. Simplemente no puedes hacerlo. Estás cegado, en tu cabeza, por aquellos 45.000 pensamientos que escuchas todos los días. Complicado… ¿verdad?

 F11-El-espacio-en-la-comunicación

Y a la otra persona le ocurre lo mismo. ¡Menudo cuadro!

Al igual que en el caso de Alex, ¿dónde crees que está la posibilidad de que alguien te escuche?

Emociones descontroladas. Tu Cuerpo Dolor

Además, ese diálogo interno, lleva asociado un estado emocional muy concreto. El que Eckhart Tolle denomina cómo “Cuerpo Dolor”. Ya te hablaré de Él en otros posts.

Y cuando chocan dos diálogos internos, con sus estados emocionales correspondientes, el cóctel es explosivo.

En estas situaciones no queda ESPACIO para la comunicación.

Cómo generar ESPACIO…” Vaciar el vaso”

Como te he dicho, si quieres hacerte entender, debes crear ESPACIO. Lo primero es comprender al otro.

Hasta que el otro no se sienta escuchado, profundamente comprendido, no querrá dejar de hablar y, por lo tanto, no estará dispuesto a escucharte. Permítele vaciar el vaso. Y cuando no tenga más que contarte, entonces podrás hablar tú.

Antes de contarle lo que quieres transmitir, resume lo que has entendido de lo que te ha explicado. Asegúrate de que se da cuenta que has comprendido todo su mensaje. Y, si no es así, permítele que te vuelva a contar. Y, ahora sí, empieza a hablar tú.

Con este gesto tan simple podrás generar el espacio en la comunicación que te faltaba. Tus interlocutores se sentirán escuchados y, más importante aún, te escucharán. Pensarán que eres otro, por el simple hecho de saberse escuchados.  Y tus relaciones pasarán a otro nivel. No me creas, hazlo y verás, ¿que puedes perder?

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photo credit: A Health Blog via photopin cc

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