¿Vives en el día de la Marmota?
Pasa un día, y pasa otro, y el siguiente. Y… ¿parece que cada día es exactamente igual que el anterior? Que no hay nada nuevo para ti. Que no hay pasión en tu vida. Que ya sabes lo que va a pasar… ¡y encima es que aciertas!
Y te sientes casi medio muerto, sin vida. Funcionando en piloto automático. Y encima, cuando te das cuenta, resulta que ya llevas cinco años, tal vez diez si no más, en esta situación.
Y es que hay ocasiones, en la vida de uno, que parece que vivas en el día de la Marmota. Como Bill Murray en Atrapado en el tiempo. ¿Has visto la película? Te la recomiendo. Yo la vi hace ya unos años, y la he visto de nuevo hace poco, y me ha vuelto a sorprender. Su mensaje… si lees entre líneas, es profundo y transformador.
El personaje de Bill Murray vive todas las etapas de un cambio personal muy profundo. Desde vivir desde el Ego, en una rueda sin fin, hasta conectar con cada momento que le proporciona la vida. Disfrutar de estos instantes y acabar transformando la vida de los demás. Tal cual, impresionante y divertida. Míratela, si quieres, y me cuentas que te pareció en los comentarios.
Cuando el Ego asume el poder
Y es que cuando llegas a cierta edad en tu vida…
… los psicólogos afirman que a los 35, tu identidad o personalidad está completamente formada*
Tu Ego ha asumido el poder. Y eso significa que todos tus hábitos ya están instalados. Todo lo que te podía sorprender ya te ha sorprendido. Y dejas de experimentar nuevas situaciones, dejas de experimentar nuevas emociones. Todo se limita a repeticiones de lo vivido. ¿Te sorprende?
¿Escuchas siempre la misma música? ¿frecuentas siempre los mismo lugares? ¿te relacionas siempre con las mismas personas? ¿celebras, todos los años, las mismas fiestas? ¿en las reuniones familiares siempre acaban hablando los mismos y, tal vez, discutiendo de los mismo? ¿comes siempre lo mismo? ¿vas a visitar siempre los mismos lugares?
La repetición le aporta seguridad a tu vida… y le quita brillo
Y es que, para tu cuerpo y tu mente, resulta muy económico esa forma de funcionamiento. Ese patrón de respuesta ya está memorizado y tu reacción a esa situación externa es muy calculada, precisa y automática. ¿Para que cambiar?
La respuesta desajustada
Sin embargo esta optimización de tu respuesta, a los estímulos de tu entorno, tiene su cara y tiene su cruz.
Por un lado estás bien adaptado a tu medio: respondes muy bien a lo que te resulta conocido, y muy rápido. Y, por otro lado, cada vez te resulta más difícil responder de forma distinta a nuevas situaciones. Hasta el punto que, incluso, evitas estas nuevas situaciones porqué te incomodan.
¿No te ha pasado? Viene tu hijo y te dice:
-Es que siempre haces lo mismo, siempre me dices lo mismo…-
Y te das cuenta que tiene razón. Te has vuelto previsible. Monótono, como cartón.
Ya no fluyes con la vida. Respondes de forma memorizada. Y esta es una forma de responder que, con el tiempo, se vuelve cada vez más desajustada. Y, por lo tanto, los resultados que obtienes de ella son, cada vez, peores.
¿Cuándo el cambio personal es necesario?
Y entonces, te das cuenta, que tu vida se ha vuelto gris, sin color. Y es en esos momentos en los que te das cuenta que necesitas un cambio. Un cambio de verdad. No más de lo mismo. Desde el fondo de tu alma necesitas que algo cambie en tu vida. Lo necesitas como el comer.
Si este es tu caso, debes saber que…
…nada en tu vida va a cambiar hasta que cambies tu
Si lo que realmente quieres es que algo cambie en tu vida, y cambie de verdad… ¡ha llegado el momento para que realices el cambio personal que necesitas! Claro está, si eres de los que le gusta disfrutar de la vida. Saborearla al máximo. Sentir que estás ahí como protagonista, no como espectador. Riendo como los niños, emocionándote de nuevo. Superando nuevos retos. Creciendo.
¿Cuándo fue la última vez que dijiste: ¡Este ha sido el mejor año de mi vida!? Y es que llegará ese momento en el que harás balance de todos tus años vividos y te preguntarás si has vivido la vida que deseabas. Y entonces, tal vez, sea un poco tarde.
Pues sí, ya lo sabes, el momento para un cambio personal es… ¡AHORA!
-Bueno, ya…- te estarás preguntando –pero y…
¿Cómo se aborda un cambio personal?
Este es un proceso que, a mi modo de ver, que no se consigue de la noche a la mañana. Y lo que uno necesita para cambiar no es lo mismo que necesita otro. Hacer un cambio de este calado requiere cierto tiempo, ya que son varias las teclas que hay que tocar. Y esto está fuera del alcance de un post.
Sin embargo, y esto si es común a todo el mundo, es necesario dar un primer paso. El más importante de todos. Es necesario tomar una DECISIÓN. Tomar la firme decisión, dentro de uno mismo… para realizar este cambio.
– ¡Vaya, y para esto tanta historia!- te estarás quejando…
Pues sí. Para esto.
¿Te suena? -Este año voy a conseguir esto o voy a conseguir esto otro…- Y pasadas dos semanas ya te has olvidado. ¿Cuántas veces te ha sucedido? Tal vez, incluso, ya lo has dejado de hacer, para evitarte la posterior frustración. ¿Y tus sueños?
Uno de los actos de poder más grandes que puede ejercer un ser humano es el acto de DECIDIR. En plena libertad y responsabilidad de esa decisión. ¡Cuantas guerras se han librado por la libertad! Hasta el punto que una estatua dedicada a la libertad es el símbolo de un país. Debe ser por algo, ¿no? La libertad te otorga el poder de DECIDIR.
Tomar una decisión en el sentido más profundo del término.
Todos nuestros actos los engendra una decisión. El poder de decisión es el poder del cambio**
Me refiero a tomar ese tipo de decisiones que te cambian la vida. Te comprometes tanto con ellas que no hay alternativa para ti. Y se nota en todo lo que haces. Te lo notan las personas que te conocen. -¿Qué haces? ¿qué te está pasando?… ¡pareces distinto!
Y es que tu sabes que vas a lograr eso, si o si. Y lo vas a hacer le pese a quien le pese. Son estas decisiones las que, como dice Tony Robbins, contienen el inmenso poder del cambio. Cambio para lograr lo que te propongas.
El primer paso
Y ahí es en donde yo me centraría primero. En ver si, realmente, has tomado la firme decisión de cambiar.
- ¿Ya sabes lo que quieres cambiar?
- ¿Realmente es tan importante ese cambio para ti?
- ¿Estás dispuesto a hacer todo lo que haga falta para lograrlo?
- ¿Todo?
- ¿A qué estás dispuesto a renunciar?
- ¿Estás dispuesto a dejar atrás todo lo que sobra?
- ¿Con todas las consecuencias?
- ¿Pagando el precio necesario?
Este tipo de preguntas son a las que te sugiero que les des respuesta, si lo que quieres es saber hasta que punto esa decisión está asumida en ti. Te van a dar una idea de hasta que punto estás comprometido con ello, o no.
Y, si la decisión está tomada, te sugiero los siguientes aspectos a trabajar, según que cambios quieras incorporar:
- Mejora la gestión de tus emociones
- Revisa tu sistema de creencias, cambia tu paradigma
- Vuelve a priorizar tus valores personales
- Descubre tus fortalezas
- Cambia tu actitud mental
Con todos estos recursos, el cambio que quieres en tu vida no es sólo posible, es inevitable. Espero que este post te sea de ayuda para ello. Y, si es el caso, compártelo con quien consideres que le pueda ayudar. ¡Muchas gracias!
Y, si quieres, puedes dejar comentarios más abajo. Tus objetivos de cambio, tus dudas, tu opinión sobre la película que te he comentado,… Todas las aportaciones y sugerencias serán bienvenidas!!
*Joe Dispenza. Deja de ser tú. pág 90
**Antony Robbins. Mensaje a un amigo. 3ª lección
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